Seleccionar el equipo correcto de acuerdo a la aplicación

Los ventiladores, además de clasificarse según la dirección del flujo, el material de construcción o los niveles de presión que manejan, también se dividen por su forma constructiva o por su lugar de instalación (ventiladores de techo, en línea, de pared). Todos estos factores deben considerarse al momento de seleccionar el equipo adecuado para cada aplicación.

La variable fundamental para elegir un ventilador es el punto de funcionamiento, que relaciona el caudal con la pérdida de carga del sistema. Sin embargo, en muchas ocasiones este punto puede ser el mismo para distintos tipos de equipos. Por lo tanto, además de considerar aspectos técnicos como la eficiencia o la zona inestable de la curva de funcionamiento, es necesario tener en cuenta otros factores, como las características del fluido a mover o el tipo de aplicación.

Por ejemplo, si queremos ventilar una zona de oficinas, las Buenas Prácticas de Ventilación indican que debe realizarse una inyección filtrada. Normalmente, el punto de funcionamiento lo cubrirá un ventilador centrífugo, pero surge la pregunta: ¿Cuál es el ventilador centrífugo correcto?

En este caso, la aplicación es la ventilación de oficinas, donde trabajan personas y el ruido se convierte en un factor clave para el confort y la salud laboral. Si se selecciona un equipo inadecuado que genere ruidos molestos, probablemente el sistema no se utilice, lo que puede traer consecuencias indeseables como: respirar aire viciado, aparición de moho en paredes y techos, enfermedades respiratorias y aumento del ausentismo laboral.

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